Llegamos a la comunidad de Cherán y ya nos hemos cambiado un par de veces de casa, asentándonos en ésta última que compartiremos la siguiente semana y media ¡Nos mantendremos jóvenes de corazón también ya que la compartimos con un jardín de niños por las mañanas!
Cherán es un pueblo tranquilo. No hay
perros callejeros en demasía, como en muchos otros pueblos. El clima es
bastante fresco, con grandes nubes de algodón destacando contra un cielo azul
intenso. Cherán está rodeado de cerros suaves, cubiertos de espesos bosques
húmedos. Aquí se siente el ambiente de rancho, se ve gente montando a caballo o
burro, hombres de sombrero, niños con mejillas rojas cual manzanas, mujeres con
la cabeza cubierta por sus rebozos, todos ellos devolviendo el saludo con una
sonrisa por recibimiento, a pesar de todo lo que tuvieron que pasar
recientemente para recuperarla, dispuestos a contar al mundo sobre ellos. Este
es el México que recuerdo de los setentas, sólo que con la experiencia
asimilada de las últimas cuatro décadas. Un pueblo que se ha rescatado
regresando a su sabiduría ancestral P’urhépecha, que hoy se manifiesta en su
Consejo Mayor, integrado por doce abuelitos, tatas o K’eri, donde la aplicación
de las determinaciones de usos y costumbres de este pueblo indígena son
cuidadas por una Ronda Comunitaria de ciudadanos escogidos para ello, bajo un
ideal de reconstrucción que incluye recuperar las 20,000 hectáreas de bosque
que desaparecieron ante la tala indiscriminada e ilegal, bajo protección de autoridades
municipales corruptas. Fueron éstas las que el pueblo, harto, desplazó el 15 de
abril de 2011 para formar su autogobierno.
En Cherán no hay basura en las calles y las
televisiones no están encendidas todo el día. Tampoco se advierte música a todo
volumen. Se escuchan, en cambio las sierras trabajando desde temprano (hacen
muebles, tienen un vivero comunal, un aserradero legal y una fábrica de resina)
y el sonido de fondo es el trinar de los pájaros en los árboles. El silencio
predomina y los sonidos tienen significado, no hay contaminación. Es de verdad
una sensación liberadora, que agrega a la paz en que se respira en la ironía de
un pueblo dentro de una barricada auto-impuesta. Lo que está bien o lo que está
mal queda definido por ésta línea, que por las noches se enciende en fogatas
que alumbran los rostros de ciudadanos valientes, dispuestos a cuidar de los
suyos y de su tradición, mientras montan su guardia.
Después de despertar a un baño de cubeta y
jícara, tuvimos una larga conversación con uno de los líderes de la Ronda
Comunitaria en su casa. Su familia nos acogió la primera noche y nos dio de
comer. Imagínense esto: el escudo de su uniforme militar antes de partir a
Ronda, tiene a una mujer indígena abrazando a la madre tierra, sus bosques y
ríos. Estas mujeres - madres de todo - son precisamente las que iniciaron el
levantamiento de abril de 2011.
Más tarde ese día nos reunimos para
presentar el proyecto de La Bufón S.O.S.ial al K’eri Trini - unos de los doce y
el más visible de ellos - en su despacho de la Casa de Cultura. Por supuesto ya
sabía de nosotros Le tomó sólo diez minutos escucharnos y poner su
infraestructura a nuestras órdenes ¿Qué necesitan, a ver? preguntó, en un tono
de ya está concedido. Él mismo nos llevó a la Universidad Pedagógica Nacional
en Cherán, donde se sumaron a la invitación alumnos a los que podemos enseñar a
enseñar y así mantener vivas las actividades del Children’s Peace Theatre, hacia adelante en la
comunidad.
Aún no iniciábamos la experiencia con los
niños y ya estaba tocado del corazón por lo vivido, había aprendido muchas
cosas, escrito todas las mañanas y algunas noches y hecho fotos.
Nos asignaron su escuela más grande para el
proyecto. Repartimos la noticia del taller por todo el pueblo, haciendo la invitación
persona a persona, de modo que tuviéramos muchos niños desde el inicio. Ahora
tenemos por encima de cuarenta y cinco. Son un grupo grande de niños los que
vivirán la transformación en ellos, del conflicto vivido, a través del arte y
el uso de las tres “C” en Compasión, Coraje (valor) y Creatividad, junto con el
apoyo de guías locales que continuarán la labor.
Estoy agradecido de estar aquí como artista
invitado, compartiendo lo que se y el amor incondicional que se necesita.
Juan Ayza
Juan Ayza
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